viernes, 28 de marzo de 2014

Mi encuentro con Walberto, un gran amigo del alma



Muy emotivo el encuentro con Walberto y Cleo en el aeropuerto de Salvador, Bahía, luego de casi trece años sin vernos.  Wal, como le decimos sus amigos, partió de Colombia en mayo de 2001, por asuntos personales que le obligaron a trasladarse al gigante suramericano, donde ha tenido una gran acogida desde su llegada, tal como nos lo expresó en la madrugada de este 28 de marzo.



Wal, Cleo, Sorel y Cindy se sienten como en su casa en tierra brasilera. El apoyo recibido, los logros alcanzados por cada uno de ellos y como familia, los hace brasileros de corazón; eso siente uno cuando habla con ellos, cuando  sus rostros se iluminan de alegría al hablar de su experiencia en Brasil. El acento les cayó como anillo al dedo, es el acento de quienes se sienten felices de estar en un país que les abrió sus puertas y su corazón.
Wal ganó recientemente un premio nacional por su trabajo en salud familiar. Pronto les contaré detalles.



martes, 4 de marzo de 2014

La historia de una MARIMONDA

Erase una vez, unas telas, papeles y cartones de colores se encontraron con unas tijeras y unas manos humanas que empezaron a transformarlos. Les dieron unas formas desconocidas para ellos y las fueron ensamblando.






 Las telas, papeles y cartones se fueron entusiasmando con la nueva forma que estaban tomando y se empezaron a parecer a los seres que los estaban recortando, al punto que un grupo de telas, papeles y cartones se convirtieron en un ser especial, uno llamado MARIMONDA, el cual se dedica a gozar el Carnaval de Barranquilla y divierte a propios y extraños.









Ya convertidos en MARIMONDA, las telas, papeles y cartones se mezclan con los humanos y como se siente un poco extraño entre ellos, decide hacer una conquista. Es así como corteja a una MONOCUCA y para ello se apoya en los humanos. Se divierte toda una noche al lado de la MONOCUCA  y los humanos.
La pareja es el centro de atención de la fiesta de los humanos y departen con ellos. 







Finalmente se embriagan y empiezan a buscar su forma original; dejan de ser LA MARIMONDA y el MONOCUCO y se transforman en lo que eran antes: telas, papeles y cartones.