La era digital se ha venido con todo y estamos viviendo en un mundo cada vez más virtual, donde corremos el riesgo de perder el contacto piel a piel. La voz de las personas se está volviendo extraña y lo que está al orden del día es la velocidad de los dedos. Qué tan rápido respondes en el chat o qué tanto “trinas” parece ser lo más importante en la comunicación, sin importar que hasta barbaridades digas, como ocurre con un ex presidente de Colombia.
Tod@s esperamos que nos respondan el celular de manera inmediata, sino automáticamente decimos: “pa’ que compró esa vaina?”, como si fuera obligatorio contestar todas las llamadas y dejar tirado lo que estamos haciendo para ser “cortés” y “amable”.
En la época de la telefonía analógica, colocábamos la mano cerca a la bocina para que no escucharan nuestras conversaciones, por triviales que fueran. Y cabinas se hicieron para los teléfonos públicos con el propósito de salvaguardar la intimidad del usuario.
Ahora que ocurre?. Escuchamos las más inverosímiles conversaciones, por lo menos la parte del interlocutor que tenemos cerca, quién nos entera que están cocinando en su casa, cuando le dice a la persona con quien conversa: “la verdura la colocas cuando el pollo esté blandito” y “no te pases de sal que mi mamá es hipertensa”; otros nos hacen saber que tienen excelentes relaciones: “si, ya voy para allá doctora, ya hice los contactos respectivos y debemos viajar probablemente el martes a Bogotá”. Claro que va vociferando eso desde un bus lleno, con pasajeros sudando a chorros y en medio de la champeta de último momento.
Y que hay de aquellos que interrumpen clases, reuniones, conversaciones con amigos, etc., para responder una llamada “importantísima”. Hace pocos días en la televisión se pudo observar como el Presidente del Congreso de Ecuador interrumpía una rueda de prensa porque tuvo que responder una llamada “urgente”.
Y se queda uno corto cuando describe lo que está ocurriendo con esta nueva forma de comunicarnos. No son pocos los que chatean por facebook, por el messinger, responden correos, atienden el celular y además trinan, cual canario ganador de un campeonato mundial de pájaros cantores.
En el 2002 le escuche decir al entonces presidente de Ecuador, Gustavo Novoa, que los países de América Latina tenían un nuevo reto: evitar el analfabetismo digital. Y hay que evitarlo a toda costa, sin caer en el “esclavismo digital”.
1 comentario:
Excelente reflexión...Mas charlas menos facebook,BB, menos menssenger
NO hay nada que remplaze las personas,las caras, los gestos y la energia del momento de una conversación.
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