miércoles, 2 de septiembre de 2015

UN DÍA PARA NUNCA OLVIDAR - EGRESADOS UNILIBRE MEDICINA - IV PROMOCIÓN


El 11 de octubre de 2003, cuando cumplimos 20 años de egresados como médicos de la Universidad Libre de Barranquilla, me encomendaron decir unas palabras, las cuales quiero compartir, luego de casi doce años de ese grandioso momento.

"Hoy es un día especial, más que especial, es UN DÍA PARA NUNCA OLVIDAR: después de 20 años volvemos a encontrarnos.
Será que alguno de nosotros visionaría como seríamos 27 años después de habernos conocido?. Nos pintamos con hijos y nietos?. Con más abdomen y menos cabello?. Con canas y paticas de gallo?. Tal vez si, tal vez no, pero eso ha ocurrido.
Y ha sido después de un largo recorrido, que nos ha permitido ampliar nuestro universo.
Nuestro mapa real se limitaba a nuestras ciudades y pueblos.
Pero ese mapa comenzó a transformarse y la Costa no se limitó a las tres Perlas del Caribe, sino que Montería, Sincelejo, Valledupar y Riohacha, se convirtieron en realidad a través de nuestros compañeros y amigos. Y la capital se dejó ver, como Pereira también.
Y muchas sucursales del cielo aparecieron: Ciénaga de Oro, Planeta Rica, Chivolo, Galapa, El Banco, Baranoa, Plato, Medialuna y Campo de la cruz. Y tierras de sabios como Sabanalarga se volvieron nuestras.
Pero el mapa siguió creciendo: Bucaramanga y San Andrés, Magangué y Simijaca, Yacopí y La Gloria, La Palma y Maicao, Moñitos y San Pablo, Cereté y Gachetá, se materializaron entre nosotros.
Y cruzamos las fronteras de nuestro país: el lejano Chile y Santiago nos son familiares, Montevideo y Buenos Aires, Brasil y Ciudad de Méjico, San José de Costa Rica y Madrid, hoy son parte de nuestra historia.
Como olvidar un paro de un mes por rebeldía, pero sobretodo por imprudencia. La imprudencia y rebeldía propias de nuestra edad.
Que bueno es poder hoy recordar que “estudiamos” con personajes de la radio como Kalimán y su inseparable amigo (Solín); que hasta Plaza Sézamo nos prestó a Archivaldo. Y que hasta una pisinga era compañero de clases.
Gracias a Dios, hoy podemos sentirnos satisfechos de ser hombres y mujeres que le aportan a su país y al mundo, conocimientos y experiencias, que dan todo de sí,  pero en especial, que entregan mucho calor humano".


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