lunes, 28 de febrero de 2011

La Unión y el Carnaval de Barranquilla: una corta reseña histórica




El barrio La Unión, localizado al sur-oriente de la ciudad de Barranquilla, nace en el año 1947 como una urbanización impulsada por el ICT, dirigida a empleados, donde los lotes eran comprados a Parrish & Cia. La Unión vio nacer a los barrios que lo circundan: La Victoria, Las Palmas, El Campito, Boyacá, con excepción del barrio San José, que podríamos llamarlo su hermano gemelo, ya que nació el mismo año. Es un barrio que se ha caracterizado a través de su historia por ser un sector tranquilo, donde sus habitantes hacen honor a su nombre y han participado activamente en su desarrollo.
La Unión, en la primera mitad de la década de los sesenta aún contaba con amplias zonas despobladas, que servían de campos deportivos a los jóvenes del sector. Desde sus inicios fue asiento de varios centros educativos, dentro de los que se destacan, el Colegio Hermana Virginia Rossi, que estaba destinado en sus inicios a la educación de hijas de trabajadores del Terminal. Igualmente existían desde los sesenta cuatro (4) centros educativos de carácter oficial.
Por ser un barrio poblado por mucha gente llegada de barrios como Las Nieves, Simón Bolívar y Rebolo, que históricamente han tenido una importante tradición carnestoléndica, los habitantes de La Unión han participado del Carnaval de Barranquilla, a través de la organización de verbenas populares, bailes familiares, grupos de danza y disfraces.
El desfile de adultos y niños disfrazados era común en la década de los sesenta y setenta en el barrio. Dentro de las anécdotas de los disfraces, vale destacar el “matrimonio” del que hizo parte el ex – concejal y dirigente político Antonio Bayona, quién representó a “la novia”, acompañado del Napo, un joven “bacan” del barrio y “el bocón Carlitos”, uno de los habitantes más conocidos del sector. Carlos era famoso, no solo por su aspecto físico, alto, de boca grande, tez con secuelas de acné y con un pie cipotuo, sino por su gran fervor deportivo, lo que lo convirtió en un personaje destacado del barrio. Por cierto que Antonio Bayona residía en el barrio Las Nieves, pero pasaba muchas temporadas en La Unión, porque allí vivían familiares suyos.
Era común ver en el barrio al difunto y muy querido Emil Castellanos, “María Moñitos”, quién no solo iba al barrio en carnavales, sino que lo visitaba en otras épocas a ejercer su oficio de albañil. Los disfraces tradicionales como el monocuco, la marimonda, el gorila, etc, no eran ajenos al barrio, al igual que disfraces de personajes del cine mejicano como Capulina, Santo el enmascarado de plata y otros de la cultura yankee como Supermán, Batman y Robin y la Mujer Maravilla.
Muchos de los habitantes han hecho parte de grupos de danza. En una ocasión, jóvenes del barrio acompañaron a una reina del barrio Boyacá en una presentación del carnaval. Como habían tenido poco tiempo para organizar su coreografía, fueron abucheados en el Coliseo Cubierto Humberto Perea; estaban bailando “la puya loca” y la gente pidió que los bajaran de la tarima. Gerardo Rada, quién mucho tiempo después llegó a ser entrenador de campeones mundiales de boxeo, fue el último en bajar de la tarima con su pareja, a quién llevaba casi a rastras para no seguir exponiéndose ante el público. Transcurría el año 1976 cuando eso. Pero así como ocurrían esas experiencias jocosas pero de no muy grata recordación, el barrio ha tenido bailarines destacados, dentro de los que vale mencionar a Juan Torné, “el bombillo”, quién recorrió el mundo como bailarín principal del grupo de danza del difunto coreógrafo Cáceres, muy conocido en la ciudad. Juan llegó a ser el bailarín principal del músico Juan Piña, a quien lo acompañaba en sus giras nacionales.
En el barrio son muy recordadas las reinas populares Marlene Kalil, hoy abogada, y la sobrina de la señora Irma de González quién fue traída por sus familiares desde Riohacha para que representara al barrio en el Reinado Popular del Carnaval. Eran los finales de los sesenta y comienzo de los setenta. Marlene era integrante de una familia muy querida del barrio y su verbena quedaba en la carrera 14 entre 35 y 36B, época en la a través de las corralejas se veía lo que transcurría en el interior del baile y no solo disfrutan quienes estaban dentro sino también quienes iban como espectadores. La verbena de la hermosa joven guajira tuvo como sede la carrera 16 con calle 36B.
La Unión entonces ha tenido a través de su historia participación a través de los disfraces, danza y reinas populares, pero han sido sus bailes lo que han caracterizado como un sector muy ligado al Carnaval de Barranquilla.
El barrio fue sede de dos reconocidos bailes de la ciudad, “Amanecer de Locos” y “A Pleno Sol”. Los dos nacieron como bailes de vecinos y terminaron convertidos en bailes de la ciudad de Barranquilla. En “Amanecer de Locos” se presentó Irene Martínez, el Joe Arroyo y muchos otros músicos conocidos del país, pero fue “A pleno Sol” el baile de los grandes grupos musicales. Este, surge como un baile de familia en la década de los setenta, organizado por los Borja Dokú, que para esa época eran Duque, porque el señor Dokú, de origen japonés y barbero de profesión, decidió cambiar su nombre japonés por uno castizo, Augusto Duque.
Fue en “la casa del chino” donde nació el baile. Se hacía en sus inicios los días lunes de carnaval y era totalmente diurno. A las seis estaba el pick – up apagado y la mayoría del personal se iba “a terminar su día” en “Amanecer de Locos”, otros a “Los Almirantes” en el barrio San José y muy pocos a dormir. Todo el personal ingresaba con su totuma donde le servían la sopa de guandú.
“A Pleno Sol” comenzó a crecer no solo en socios, Eliécer Espitia, Donaldo García, Jairo De Moya, quienes se sumaron a la familia Borja Dokú, sino en asistentes y en popularidad. Por el baile desfilaron cantantes de música vallenata como Diomedes Díaz, Jorge Oñate, Beto Villa, El Binomio de Oro, entre otros, sino que era “la casa del Joe Arroyo”. Allí estuvieron también El Grupo Niche, el prodigioso Saulo Sánchez y el popular e irreverente Dolcey Gutiérrez.
Pero “A Pleno Sol” fue en su momento el más reconocido baile de carnaval de la ciudad, porque presentó artistas de talla internacional como Wilfrido Vargas y a Millie, Jocelyn con su grupo Los Vecinos, entre otros.
Y no solo han sido protagonistas en los bailes de carnaval de La Unión, los artistas y grupos musicales, sino también los famosos, populares y muy queridos pick –ups, como El Isleño (“el León de la Salsa”), El Solista (“el que llena la pista”), el Ché, El Sibanicú, El Sabor Latino, El Pijuán, El Latin Soul y muchos otros más. Y no podemos olvidar a los picoteros famosos, Donaldo García, “El flaco” Luciano, “Pastrana”, para solo mencionar unos pocos.

La Unión ya no tiene esos grandes bailes, pero sigue con el mismo entusiasmo y el Carnaval de Barranquilla se goza y disfruta por chicos y grandes en este pequeño barrio en extensión, pero muy grande en historias.

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