A pesar de los acontecimientos que periódicamente se presentan en nuestra ciudad con ocasión de la llegada de la época de lluvia, los barranquilleros parece que no aprendemos y año tras año las noticias se repiten en nuestra urbe. Caos en el transporte, vehículos arrastrados por las aguas, personas rescatadas de los arroyos, viviendas y edificaciones inundadas, familias damnificadas, árboles caídos, víctimas fatales, son entre otras, noticias que llegan a la comunidad a través de los medios masivos de comunicación de manera repetida en época de lluvia. Parece que de nada sirven los tristes recuerdos ni los avisos preventivos.
En la ciudad se requiere de manera urgente de la puesta en marcha de una política agresiva que permita que la ciudadanía tome conciencia de los peligros que trae consigo la ola invernal. Y si bien el asunto es responsabilidad de todos, gobierno local y sociedad civil, lo cierto es que algunos actores tienen en momentos especiales mayor responsabilidad que otros. Y quiero referirme en este caso, a los conductores, ya sea de vehículos particulares o de transporte público, que en su afán por ganar unos segundos de tiempo hacen que se pierdan muchos años de vida.
Es conveniente que las Empresas de Transporte Urbano tomen atenta nota del comportamiento de algunos conductores que de manera irresponsable crean caos en las vías de la ciudad, en medio de arroyos peligrosos, poniendo en riesgo la integridad física de quienes quieren actuar con cordura en momentos como estos. Tal es el caso del vehículo que aparece en la siguiente foto, que a toda costa se hizo un espacio entre otros que pacientemente esperaban que el la lluvia amainara. Esto aconteció en la esquina de la 42F con calle 76.
Gobierno local y Transportadores, manos a la obra.
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