jueves, 5 de mayo de 2011

La lucha contra la corrupción: tarea de todos


No es nada fácil luchar contra la corrupción. A quienes nos ha tocado trabajar en la administración pública y que somos defensores de los bienes del Estado, debemos permanecer en una lucha permanente, constante, diaria, contra la corrupción, la cual es promovida dentro de las instituciones por funcionarios de otras dependencias o entidades con quienes estás en permanente contacto; promovida por políticos del mayor al menor rango, y por proveedores acostumbrados a entregar comisiones a los funcionarios de las entidades.

Cuando empiezas a manifestar tu posición contraria al pago de comisiones, a la contratación innecesaria, te conviertes en un bicho raro, en un problema para muchos de los actores del sistema. Te toca enfrentar presiones, escuchar comentarios malintencionados, y en algunos casos, no ha sido el mío hasta el momento, amenazas contra tu vida.

Creer que la lucha contra la corrupción se resuelve con la llegada al poder ejecutivo de una persona transparente y un puñado de hombres que lo siguen, es una utopía. La lucha contra la corrupción pasa por la construcción de una ética social que, considere esas prácticas nefastas un atentado contra la vida humana, como un delito que merece una drástica sanción de la justicia.

Esa ética social no aparecerá por arte de magia, ni puede ser cosa de unos pocos, es un compromiso de todos y nos obliga a trabajar por el control al buen trato de los bienes del Estado. Hay que trabajar por la construcción de una ética social donde no tengan cabida comisiones, ni contratos innecesarios y ficticios.

Debemos entonces crear todo una red social de lucha contra la corrupción, donde participen todos los actores de la sociedad, de tal manera que, pueda formarse una conciencia colectiva transparente.

Luchar contra la corrupción es una tarea de largo aliento que no puede ser asumida individualmente.

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